cintas
ayer curé
un libro de s plath
le agregué cintas y cartulina naranja
había una chica horrible
gritando en la tapa
no quise verla
con un cuter
emparejé los bordes
la goma encinta
sosteniendo como una camilla
de revés
al libro
a la imagen publicitaria
debajo de la transparencia
cítrica
entraba el sol de mi terraza
y alguien gritaba.
5 comentarios:
los libros de s plath
precisan
de manos sutiles
una
diligencia medicinal
que se anime
a curar con cintas
y cartulina naranja.
Eduardo Mileo
¿Todas las traductoras tienen algo de enfermera?
O de cirujanas.
ok. traductora enfermera cirujana.
me encanta!
Muy buenos poemas, subjetivamente hablando, redundante, obvio..
chau
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