30.4.10

la caída de la gitana

iba la gitana por díaz velez
con todos los feriantes
que habían levantado sus puestos después del fin de semana
-este tocó calor y lluvia, otros
tocan de mucho frío-
entre los vendedores que arrastran sus bolsos
llenos de cosas que no vendieron
carros de bebé y bebés
mientras comentan acontecimientos y ganancias
disparados hacias las casas
llevaba la gitana su negocio: una silla-mesa plegable
y una pollera liviana de colores
al revés del rayo
primero escuché el sonido
de las rodillas en la vereda y después la vi volar
la silla fue más lejos con un chirrido
ella se levantó en santiamén
la vimos rebotar y componerse hermosa
ahí mismo
pensé en un poema de ted hughes sobre una maldición
en los dichos y los hechos del futuro.

20.4.10

13.4.10

un saludo del maquinista

el maquinista y su mano humana
carnosa ligera dura un segundo
y queda en el ojo después de pasar
por abajo levanta polleras moviendo el puente
todavía temblaba todo y la cola de yacaré
de los vagones finales nos tenía duros
los pelos al viento al sol oh la la
y sola la mano en un punto de adentro
la mano invertida no quiere borrarse del pedacito de ojos
nuestros
cinco dedos se agrandan en el recuerdo
y una palma de plaza mayor contra el vidrio
¿lo viste?
fue de increíble no decimos cuánto
hacemos fuerzas con la mirada para no soltar
y en el camino de vuelta practicamos frases con nunca
y frases con siempre.

1.4.10



un agualé finito se posa en el vidrio
de la ventana o el vidrio del alero
agualé en el alero, agualé en el alero
saludemos con las dos manos
chau colibrí de los insectos
hijo de lentejuela transparente y un palito
¡vuela tembleque!
agitado y curioso parece siempre tu último día
en el cilindro de aguja de tu cuerpo
¿corazón tendrás?