por la puerta de atrás de la cocina se sale a un lugar cuelgan helechos mentales en el recuerdo hay uno dios mío qué anticipo elegir justo ese para la propiedad porque pudo ser cualquiera pero termina siendo uno como todo en este caso: helecho pollerita.
me gusta decir final feliz a este comienzo conducida hacia afuera cuento las luces del techo todos preguntan qué traemos entre brazos la respuesta es lo más hermoso y difícil cada minuto.
cuando quedo sola sé esperar de al lado llegan noticias y caricias lo único que puedo ver ¿veo bien? alguien arregló el reloj de la pared de enfrente con cinta blanca de las heridas ese detalle da entre nervio y pena.
de espaldas escucho cómo tensan los instrumentos me asomo entre montañas asustada por el eco los líquidos que caen al suelo lo manchan me dejan herida y lúcida no me poseo como se posee una cosa sin embargo tengo todo bajo control.
al llegar a la maternidad no hay sensación de frío ni tibio sólo un canto visual una condena: serás blanco querrás serlo aunque lleves otros colores serás blanco mientras seas mía.